Los enamorados tuvieron una segunda oportunidad. Se sabe que en la ley de probabilidades meteorológicas las cosas pueden fallar. Por alerta amarilla, debió ser reprogramado el primero de los dos recitales de fin de semana, que Marco Antonio Solís tenía agendados en el estadio de GEBA. Todos los que pensaron que sería un gran plan tener una noche romántica con la voz del “Buki” en sus oídos, para festejar San Valentín, finalmente lo consiguieron, pero un día después.
Y cuando tomó la guitarra, arengó a la platea para que se levantara de sus asientos. “Tu me vuelves loco” era el elegido para que el público comenzara a bailar. Mas tarde siguió compartiendo comentarios, de diferente calibre: “He leído un cartel -de esos que alzan los fans- que decía: ‘Sigo soltera porque te sigo esperando”.
52 minutos pasadas las 21 del sábado, el cantante mexicano ganó el escenario, vestido de negro, con una chaqueta con apliques en azul brillante, para resaltar su traje. Ya en el comienzo, su banda sonaba en pleno, con todo su poderío, y sus bailarinas hacían algunas intervenciones. Casi dos docenas de artistas son los que integran el staff de su gira Más cerca de ti.
A veces nuestra madre naturaleza tiene su lenguaje y hay que respetar todo eso”, dijo en referencia a la suspensión del recital del día anterior, dispuesta por el gobierno porteño. La tormenta nunca llegó, pero los protocolos indicaron la reprogramación. El sábado, la noche de revancha tuvo un clima ideal, para 15.000 fans, con más de dos horas de concierto y un repertorio en donde no faltaron sus clásicos, esos que cultivó desde 1996, cuando comenzó su carrera solista y aquellos que fueron éxitos de Los Bukis, décadas antes. “Y ahora te vas” fue uno de los primeros de esa lista que levantó los ánimos del público.
Durante esas dos horas también usó los entretiempos de las canciones para dejar algunas reflexiones. “Si nos está costando algo es porque vamos por el camino correcto. Un verdadero éxito se construye con pedacitos de fracasos”, dijo para preludiar otro de sus hits, “El peor de mis fracasos”.
La invocación a Dios atravesó todo el concierto (su típico gesto de alabanza con brazos abiertos), lo mismo que la reverencia al público. Y muchos recuerdos, como los que los llevaron a escribir algunas canciones de la década del ochenta, en medio de un intenso tour de conciertos por México. De ahí surgieron melodías de temas como “Tu cárcel”, que hasta hoy sus fanáticas corean